La palabra mímesis viene de raíces latinas “mimēsis”, y este del griego “μίμησις” formado lexicalmente con “mimos” que quiere decir “imitación”, “mimo” y el sufijo “sis” que significa “formación”, “impulso” o “conversión”.

El vocablo mímesis posee dos posibles acepciones que hacen referencia a la imitación: una para aludir a la imitación o culto que un individuo realiza de aquellos gestos, ademanes, muecas, señas, manera de hablar o de actuar y movimientos que hace otro. Por su parte la otra acepción se refiere al culto o imitación que se realiza a la naturaleza como propósito artístico, en la estética y en la poética clásica.

Mimesis es un término que viene siendo utilizado desde la época de Aristóteles y Platón, que desde entonces se le denomina como la imitación de la naturaleza como finalidad esencial del arte. En particular, Aristóteles consideraba en la "Poética" que el teatro es la mímesis de la naturaleza y distinguía tres formas de imitación: cómo son las cosas, cómo se describen y cómo deberían ser. Diferenciaba la tragedia de la comedia, ya que la primera imita a los hombres mejores que nosotros, y la segunda, a los hombres peores.

Tanto Platón como Aristóteles contrastaron mímesis con diégesis. En la diégesis la obra de arte no representa nada de la realidad, sino que es aquello que existe con una gramática propia solamente para el autor. Es aquello que expresa directa, libre y creativamente, sus fantasías y sueños en contraste con mímesis.

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