Pitia es el otro nombre menos utilizado para señalar a una pitonisa. El nombre de pitia proviene de la serpiente pitón, que era bastante común por los alrededores del oráculo de Delfos.

La tradición creía que Apolo había dado muerte a la serpiente para coger toda su sabiduría y de paso poder regir el famoso oráculo de Delfos. La pitia podía ser cualquier persona, si bien debía tener una vida ejemplar en moralidad. Una vez elegida para presidir el culto a Apolo no podía abandonar nunca más el servicio del santuario.

Al principio se escogían mujeres jóvenes, tras un episodio de seducción se pasó a seleccionar tan solo a las mujeres con más de cincuenta años, aunque siguiesen vistiendo ropas de joven.

En el período de mayor esplendor, el santuario disponía de tres pitias. Al principio se podían realizar consultas solo un día al año, pero con el paso del tiempo la posibilidad se extendió a varios días de cada mes.

El procedimiento era el siguiente antes de consultar el oráculo de Delfos, la pitia tenía una entrevista previa con las personas que querían hacer las consultas, los consultantes eran de cualquier condición social.

Se realizaba un sacrificio en el altar del templo de Delfos, luego se pagaba una cantidad de dinero y el visitante podía hacer sus consultas ante la pitia, que se retiraba a un espacio reservado dentro del templo para entrar en trance y esperar las respuestas del oráculo. La pitia era un intermediario entre el consultante y el oráculo.

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