La potencia cretense se basaba fundamentalmente en la habilidad de sus navegantes y de sus artesanos. Gracias a la talasocracia, literalmente "dominio marítimo", las potentes flotas cretenses consiguieron hacerse con el control de todas las rutas del Egeo.

De esta forma, Creta se convirtió en la mayor potencia marítima del Mediterráneo. En todo el Egeo se difunde la cultura minoica, sus motivos iconográficos y arquitectónicos. De hecho, objetos de origen cretense se han encontrado n diversas partes del Mediterráneo y, al mismo tiempo, objetos provenientes de Egipto y Mesopotamia en la propia Creta.

La cultura minoica, también llamada Cultura Prehelénica, Cultura Egea, Cretense o Minoana, floreció en la isla de Creta entre los años 3 000 a.C. hasta el 1450 a.C., aproximadamente. Una de las teorías más comunes es que sus primeros habitantes procedían de Anatolia y llegaron a la isla en torno al 7 000 a.C.

Aunque existen divergencias entre los historiadores, la cultura minoica se suele dividir en tres periodos diferentes: periodo prepalacial, periodo protopalacial y periodo neopalacial. Todas ellas toman como referencia la construcción de los denominados “Palacios”, las obras arquitectónicas más importantes de esa civilización.

El final de la cultura minoica pudo estar relacionado con la erupción de un volcán alrededor del 1750 a.C. A partir de ese momento, la influencia e importancia de la isla empezó a menguar durante sus últimos tres siglos de historia.

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