A la muerte de Luís XIII en 1642, su sucesor, el futuro Luís XIV solo tenía cinco años. La madre del rey, Ana de Austria, confió el gobierno al cardenal Giulio Mazarino (1602-1661), quien obtuvo el nombramiento de cardenal por los servicios prestados a la monarquía.

Las continuas guerras habían llevado a Francia a una profunda crisis financiera. Mazarino aumentó los impuestos y exigió nuevas contribuciones a los que habían adquirido cargos públicos. A Mazarino no le perdonaban su origen italiano ni la concentración de poder que ostentaba, que le permitían aumentar impuestos sin negociar.

Estas medidas provocaron la revuelta del Parlamento en 1648 conocida como la Fronda a la que se unió toda la población de París. El nombre de fronde evoca las hondas o tirachinas que portaban los sublevados del primer levantamiento en París.

Fue la última batalla llevada a cabo contra el rey de Francia por los Grandes del reino; sucede durante la guerra hispano-francesa. Se divide en dos partes:

- la Fronda parlamentaria o "vieja Fronde", que fue la que empezó la guerra.

- la Fronda de los príncipes, que la continuó, amplió y sucedió antes de ser vencida, víctima de su modo de funcionamiento, alianzas y convulsiones.

Mazarino se vio obligado a huir de la capital, que fue asediada por el ejército. Para apaciguar la revuelta, Ana de Austria declaró mayor de edad a su hijo, se reconcilió con numerosos nobles y después eliminó a los cabecillas de la rebelión.

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