Giuseppe Arcimboldo (1527-1593), fue un pintor italiano, conocido sobre todo por sus representaciones manieristas del rostro humano a partir de flores, frutas, plantas, animales u objetos.

Pintor ilusionista del manierismo, así como poeta y filósofo, se hizo famoso sobre todo por las sorprendentes cabezas compuestas de frutas y flores, que concentran múltiples puntos de vista: mirando la cabeza desde lejos el observador capta la forma global, a menudo monstruosa, pero solo tras haberse acercado empieza a notar el esmerado encaje de cada uno de los objetos que la componen.

Cada uno de estos, flores, frutas, peces, animales diversos y mucho más, contribuye al significado de la representación, ya porque se trate de la caricatura de un individuo o de un oficio, de una estación del año, de un elemento natural, de una alegoría, de una cabeza reversible o de un bodegón.

Cada uno de estos objetos, cuidadosamente elegidos, se entrelaza o se sobrepone, rivalizando con los otros para obtener un papel preciso en el interior de la pintura y acentuar el impacto en su totalidad.

Arcimboldo, que más tarde será muy apreciado por los surrealistas, llegó a ser pintor de la corte del reino de Bohemia, donde retrató al emperador Rodolfo II con su peculiar estilo.

Fue el ilustrador de la flora y la fauna de la corte, conocimiento que utilizará muy bien en sus cuadros. Su interés le llevó incluso a diseñar instrumentos y aparatos hidráulicos con los que animar las fuentes.

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