Un 19 de febrero de 1937 fallecía trágicamente uno de los mayores cuentistas nacidos en Uruguay: Horacio Quiroga. Su vida estuvo marcada por numerosos sucesos dolorosos, que lo llevaron al suicidio bebiendo un vaso de cianuro.

Horacio Silvestre Quiroga Forteza nació el 31 de diciembre de 1878 en Salto, Uruguay. Era hijo del vicecónsul argentino en Salto y de la oriental Pastora Forteza. Por parte de su padre descendía del caudillo riojano Facundo Quiroga. Su infancia quedó marcada por la trágica muerte de su padre al producirse un disparo accidental de su escopeta cuando descendía de una embarcación, en presencia de su mujer y del propio Horacio.

El año 1901 estuvo marcado por tragedias para Quiroga: dos de sus hermanos fallecieron de fiebre tifoidea. Por si esto fuera poco, solo unos meses después mató a un amigo por accidente: estaba limpiando un arma cuando se disparó y le dio en la cara este, quien falleció en el lugar. El dolor y la culpa lo llevaron a mudarse a Argentina en búsqueda de una nueva vida. Una década después, su primera esposa terminaría suicidándose, tras padecer una profunda depresión.

Años más tarde empezó a sufrir una prostatitis. Se descubrió que las molestias eran en realidad de origen canceroso. Tras su regreso a Buenos Aires para ser internado en el hospital, ante tal diagnóstico el 19 de febrero de 1937 decidió terminar con su vida.

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