Los expertos en genética aseguran que el gen que proporciona el color blanco al pelaje del gato es una mutación del gen del albinismo. Por esta razón, muchos de los gatos que tienen el pelo blanco suelen tener también los ojos claros.

Las tonalidades más frecuentes son las azules, con una gama de colores que va desde el turquesa más intenso, hasta los grises azulados más apagados. También es frecuente que los gatos blancos tengan heterocromía, con cada ojo de un color diferente, siendo el azul y el verde los más comunes.

Aunque esta peculiaridad no se confirma en todos los gatos blancos, la gran mayoría de los animales que tienen un pelaje totalmente blanco y los ojos claros suelen ser también sordos.

Según numerosos estudios, un gato que sea blanco y tenga los ojos azules, presenta más posibilidades de tener sordera, siendo más común si el gato presenta además heterocromía con los ojos de colores dispares.

La primera información sobre el color blanco en el pelaje de los gatos procede del Medio Oriente. Justo en estos países en los que el sol brilla con más fuerza, el pelo blanco del gato útil para ayudar a mantener estable su calor corporal, más que como camuflaje.

Desde el Medio Oriente, los gatos totalmente blancos se fueron extendiendo al resto del mundo, siendo sobre todo muy valorados por las clases altas de la sociedad.

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