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¿A qué personas se les aplica el complejo de Casandra?
El complejo de Casandra se aplica a las personas que suelen hacer vaticinios, a menudo catastróficos, que no son creídos por los demás. Este síndrome, nombrado por el filósofo francés Gaston Bachelard en 1949, es utilizado tanto en psicología, la política y la ciencia.
El nombre está basado en la mitología griega. Casandra era una de las princesas de Troya, hija de Príamo y Hécuba. De acuerdo con el mito, era muy hermosa y Apolo, fascinado por su belleza, le prometió el don de la profecía a cambio de convertirse en su amante.
Casandra, aceptó el don, pero cuando Apolo acudió para convertirse en su amante, ésta le rechazó, provocando la ira del dios. Ofendido, la maldijo haciendo que sus predicciones, aunque certeras, no fueran creídas por los demás.
El ejemplo más memorable sucedió cuando anunció las graves consecuencias para los troyanos si aceptaban el famoso caballo de madera de sus rivales griegos.
Uno de los mejores ejemplos de político histórico que padeció el síndrome de Casandra fue Winston Churchill, quien pasó varios años advirtiendo del peligro del rearme alemán y del ascenso al poder de Adolf Hitler, sin que nadie le hiciera el mínimo caso, hasta que el 10 de mayo de 1940 se convirtiera en primer ministro.
En términos neurológicos, se enfrentan el hemisferio derecho (sentimientos) y el hemisferio izquierdo (razonador) en las personas diestras. Esta es una de las explicaciones biológicas de que este complejo se dé más en mujeres que en hombres.
Más información:
posmodernia.com
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