¿A qué personaje de la antigüedad se refiere la expresión "cortar el nudo gordiano"?
Un antiguo oráculo explicaba que en algún momento de la historia cruzaría por las puertas del Este aquel que se alzaría como el auténtico rey de Frigia.
La señal sería un cuervo, un oscuro animal que al ver al auténtico héroe cruzar el umbral, se posaría de inmediato en su hombro. Así ocurrió. Fue un humilde pastor, Gordias, quien al cruzar la puerta con su carro de bueyes, fue bendecido con la suerte: un cuervo se posó en el yugo de sus bueyes. El pueblo lo coronó como rey de inmediato. Más tarde, sería el padre del célebre rey Midas.
Nadie podía quitar el yugo que uncía los bueyes a la carreta de su recién nombrado soberano. En ese instante, el oráculo de Frigia habló de nuevo para anunciar que quien desatara el nudo del carro de Gordias dominaría toda Asia.
El carro, atado con yugo al extremo del timón se quedó en la Acrópolis gordiana. Allí estuvo durante cerca de 5 siglos sin que nadie lograra desatar aquel nudo temible y enrevesado.
Hasta que una mañana, cruzó la puerta de Frigia el joven Alejandro Magno. Conocedor de la leyenda, no dudó en entrar al templo acompañado de sus hombres para enfrentarse al reto.
Lo miró unos instantes. Intentó desatarlo buscando el punto débil de ese amasijo enredado de cuerdas como habían hecho los demás. Segundos después, desenvainó su espada y con un certero tajo, cortó el nudo liberando el yugo. A continuación, diría una frase que se ha quedado ya en nuestra cultura popular: tanto da cortarlo como desatarlo.
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