El interés de Alemania por las islas españolas del Pacífico databa de lejos. En plena expansión y auge, pero frustrada porque su emergente poder económico no se colmaba con extensiones coloniales. En 1885 Alemania envió a la isla de Yap el cañonero Iltis para tomar posesión de las islas Carolinas. El conflicto germano-español finalizó con el laudo arbitral de León XIII, reconociendo la soberanía española de estas islas.

Tras la guerra hispano-estadounidense, Estados Unidos tomó de España cumpliendo el Tratado de París las Filipinas y Guam. Puesto que el centro administrativo de estos territorios se hallaba en Manila, que pasaba al gobierno estadounidense, los archipiélagos de Oceanía se volvían indefendibles e ingobernables.

España había perdido dos escuadras enteras, incluida la del Pacífico, en la batalla de Cavite en 1898, por lo que ante la imposibilidad de defenderlas, no tuvo más remedio que venderlas a un país que se hiciera cargo de ellas, y en este sentido Alemania presionó bastante al gobierno español para facilitar su venta.

El tratado germano-español supuso la venta de las islas de los Archipiélagos de las Islas Carolinas y Marianas, incluyendo Palaos, pero excluyendo Guam, por 25 millones de pesetas de la época a Alemania.

El tratado fue ratificado posteriormente por la Reina regente María Cristina. De hecho, debido a que Alfonso XIII era aún menor de edad, fue la persona que autorizó definitivamente la venta de estos Archipiélagos a Alemania.

Más información: es.wikipedia.org