Los kelpies son criaturas de la mitología celta que tienen la forma de caballos acuáticos y se conocen por engañar a viajeros despistados para llevarlos a los lagos y después devorarlos. Su hábitat principal son los lagos, humedales o ríos de los densos bosques escoceses. Son considerados unos espíritus malignos o demonios del agua y pueden adoptar diversas formas.

Sale en busca de presas humanas adoptando la forma de un caballo, pueden adoptar una forma humana o de un hipocampo. Cuando adopta la forma antropomorfa aparece como un atractivo varón con los pelos repletos de algas que trata de convencer a los viajeros que lo ayuden para llevarlos cerca del riachuelo.

Los Kelpies adoptaban la forma de majestuosos caballos a los que ningún ser humano podía resistirse en montar. Tras montarse en sus lomos, el viajero queda paralizado y el Kelpie comienza a galopar hacia el lago para sumergirse en lo más hondo de él junto al jinete. En este momento, comienza a transformarse y adopta su forma natural, la de un enorme caballo de brillantes ojos rojos, aletas y cola.

El Kelpie continuará nadando a lo más profundo del lago, hasta lograr ahogar a su víctima. El kelpie, puede hacer dos cosas: en el caso de que sea de agua salada, si al llegar al fondo del agua el humano sigue vivo, lo dejará marchar. En cambio, si resulta ser de agua dulce, no parará hasta que haya muerto y después lo devorará.

Más información: es.m.wikipedia.org