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¿A qué le tiene miedo un acuafóbico?
La hidrofobia o acuafobia es un tipo de fobia específica, es decir, un trastorno de ansiedad en que la exposición a un estímulo concreto provoca miedo y malestar intensos que inducen a la persona a la evitación y al escape de la situación. En este caso, el objeto del miedo es el agua.
Una persona con acuafobia puede tener un miedo o una ansiedad extremos al pensar o ver el agua. Pueden evitar ir a lugares cercanos al agua, como piscinas o lagos. En los casos graves, las personas pueden dejar de ducharse, bañarse o utilizar el agua del lavabo para lavarse la cara o cepillarse los dientes.
Entre el 2% y el 3% de los estadounidenses padecen acuafobia. Este trastorno afecta más a los niños que a los adultos.
Lo más habitual es que el miedo al agua aparezca en la infancia y remita de forma espontánea a medida que el niño crece. No obstante, si el temor es muy intenso o persistente (y por tanto cumple los criterios diagnósticos de la fobia específica) conviene consultar con un especialista.
La terapia de exposición es uno de los principales tratamientos para la acuafobia. Durante esta terapia, su proveedor de salud mental le expone a circunstancias e imágenes que pueden desencadenar sus síntomas. Le ayudarán gradualmente a controlar su respuesta.
Hasta 9 de cada 10 personas con fobias específicas ven mejorar sus síntomas tras recibir este tipo de psicoterapia (terapia de conversación).
Más información:
psicologiaymente.com
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