La palanca es un sistema de transmisión lineal que consiste en una barra rígida que gira en torno a un punto de apoyo o articulación. en un punto de la barra se aplica una fuerza F, también llamada potencia, con el fin de vencer una resistencia R.

Un simple palillo de dientes se puede considerar una palanca, al igual que una cuchara. El objetivo de la palanca es reducir el esfuerzo que una persona o máquina debe hacer para cumplir con un objetivo.

Según la posición que ocupe la fuerza, la resistencia y el punto de apoyo en la palanca, existen tres tipos de palanca.

Palanca de primer grado: Es aquella en la que el punto de apoyo se encuentra entre la potencia y la resistencia. Balancín, alicates y balanza romana.

Palanca de segundo grado: Se obtiene cuando colocamos la resistencia entre la potencia y el punto de apoyo. Carretilla y cascanueces.

Palanca de tercer grado: Se obtiene cuando ejercemos la potencia entre el punto de apoyo y la resistencia. Pinza de depilar y caña de pescar.

La palanca se utilizaba desde la Prehistoria, pero el manuscrito más antiguo que se conserva con una mención a este utensilio forma parte de "Sinagoga o Colección matemática" de Pappus de Alejandría, un matemático griego de los siglos III-IV.

En esta obra aparece la mítica frase de Arquímedes citada en la pregunta. Y es que a este físico, ingeniero, astrónomo y matemático griego se debe la explicación del principio que entra en juego a la hora de accionar una palanca.

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