El percebe, de nombre científico Pollicipes pollicipes, es un crustáceo cirrípedo que crece sobre rocas batidas por el oleaje. Se alimentan por filtración, ya que al carecer de extremidades, permanecen inmóviles adheridos a las rocas toda su vida adulta.

El percebe adulto presenta dos partes claramente diferenciadas, parte superior o uña, y parte inferior o pedúnculo, por donde se fija a las rocas.

La parte superior presenta varias placas calcáreas de color blanco grisáceo. Esta uña protege al animal del ataque de depredadores y de la desecación en los momentos de bajamar. Bajo esas placas se encuentran la mayor parte de los órganos vitales del percebe, destacando la boca y unos apéndices móviles o cirros cuya función es captar alimento y llevarlo a la boca.

El percebe es un animal hermafrodita, pero no es capaz de autofecundarse, por lo que para reproducirse es necesario que intervengan dos individuos distintos, uno actúa como macho y otro como hembra. Muchas especies de cirrípedos poseen los penes de mayor tamaño, en proporción al cuerpo, de todo el reino animal.

Tras la cópula, se forman los huevos de los que nacen larvas móviles que forman parte del plancton marino. Tras pasar siete fases larvarias tiene lugar la fijación del percebe al sustrato y el comienzo de su vida adulta.

Estos animales son comercialmente muy apreciados en numerosos países.

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