La malaquita es un mineral del grupo de los carbonatos, de fórmula química Cu2CO3(OH)2 (Dihidroxido de carbonato de cobre (II)).

Posee un 57,0% de cobre. Su nombre viene del griego malaqh, que significa ‘malva’, en alusión a su color verde.​ En la antigüedad era usada como colorante, pero hoy en día su uso es más bien como piedra semipreciosa. También se la usa como mena para la extracción de cobre.​

La malaquita se encuentra generalmente junto con la azurita azul, y algunas veces las dos pueden aparecer mezcladas o agrupadas, formando lo que comúnmente se conoce en el comercio de gemas y minerales como “Azura-malaquita”.

Es una piedra conocida por la humanidad desde hace miles de años. Existen yacimientos muy antiguos, que según los arqueólogos han sido trabajados a piedra y hueso desde hace 3000 años en lugares tan lejanos como Israel o Gran Bretaña.

Pese a que la dureza de esta piedra no es su fuerte, tan solo alcanza entre 3,5 y 4 puntos en la escala de Mohs, la malaquita desde el antiguo Egipto se ha considerado una piedra muy poderosa a la que hay que tratar con precaución ya se asociaba con el poder de la resurrección, la nueva vida y la fertilidad.

Tanto es así que según algunos escritos los egipcios creían que la otra vida contenía un paraíso eterno y se referían a este lugar como el "Campo de la Malaquita". En el antiguo Egipcio se usaba la malaquita como cosmético para los ojos, como pigmento en murales y vidrios y como amuleto.

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