Los quirópteros, conocidos comúnmente como murciélagos,​ son un orden de mamíferos placentarios cuyas extremidades superiores se desarrollaron como alas. Son los únicos mamíferos capaces de volar.

Con unas mil cuatrocientas especies actuales, representan aproximadamente un 20 % de todas las especies de mamíferos,​ lo que los convierte, tras los roedores, en el segundo orden más diverso de esta clase. Están presentes en todos los continentes, excepto en la Antártida.​ La disciplina correspondiente es la quiropterología.

Muchas especies de murciélagos son insectívoras, lo que los convierte en valiosos controladores de plagas. Su dieta variada incluye desde mosquitos hasta polillas, contribuyendo así al equilibrio de los ecosistemas. Además, algunos murciélagos son frugívoros y polinizadores, dispersando semillas y polen de numerosas plantas. Esta función es especialmente importante en los ecosistemas tropicales, donde muchas especies de plantas dependen de los murciélagos para su reproducción.

Contrario a la creencia popular, no todos los murciélagos se alimentan de sangre. De hecho, solo unas pocas especies de murciélagos hematófagos se alimentan exclusivamente de sangre de mamíferos y aves.

La mayoría de los murciélagos son inofensivos para los humanos y juegan un papel vital en los ecosistemas. Aunque algunas especies pueden transmitir enfermedades como la rabia, por lo que es importante evitar el contacto directo con ellos.

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