La Luna puede parecer cercana, ya que la vemos cada noche sin necesidad de ningún instrumento y a veces da la sensación de que podríamos tocarla. Pero nada más lejos de la realidad. La luz que vemos de la Luna tarda 1,3 segundos en llegar a nosotros, es decir, la vemos tal y como era hace 1,3 segundos. Se encuentra a una distancia media de 384.402 kilómetros —356.000 km. en el perigeo (lugar de su órbita en el que más cerca se encuentra de la Tierra) y 406.000 km. en el apogeo (momento en el que lo hace más lejos)—. Distancias que comienzan a escapar de nuestra comprensión.

La primera persona que midió la distancia a la Luna fue el astrónomo y geógrafo Hiparco en el año 150 a. C. Se basó en el dato del diámetro de la Tierra, calculado por Eratóstenes 100 años antes. Obtuvo una distancia de 348 000 km. Para este cálculo utilizó la curvatura de la sombra que proyecta la Tierra sobre la Luna en un eclipse lunar, un método ideado por Aristarco de Samos. Es notable el pequeño error, dada las limitaciones de la época, siendo de solamente de unos 36 000 km, lo que representa menos de 10 %.

La Luna tarda en dar una vuelta alrededor de la Tierra 27 d 7 h 43 min si se considera el giro respecto al fondo estelar (revolución sideral), pero 29 d 12 h 44 min si se la considera respecto al Sol (revolución sinódica). El cambio de la posición de la Luna con respecto del Sol da lugar a las fases de la Luna.

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