Los gobernantes del antiguo Egipto recibían el título de faraón, el cual fue obtenido por primera vez por Narmer (Menes), responsable de la unificación del Bajo y el Alto Egipto.

Para simbolizar la autoridad que poseía sobre el todo el territorio egipcio, el faraón llevaba una serie de prendas y de símbolos que lo mostraban como descendiente de Narmer. Entre ellos estaban los cetros.

El faraón podía llevar distintos cetros dependiendo del contexto específico en el que se encontraba. De esta manera, podía llevar u otro si estaba comandando una batalla, si estaba en su palacio o si estaba en una ceremonia espiritual. Cada uno de estos tenía un significado distinto.

El cetro Nejej estaba relacionado con el dios Osiris y con su culto, tenía la forma de un mayal o de un flagelo, y representaba el poder del faraón sobre sus súbditos, a quienes podía golpear con este.

El cetro Heka tenía la forma de una vara mediana con una media luna en su extremo, similar a un gancho. Representaba al faraón como pastor de sus súbditos, como aquel que dirige sus destinos y el de su reino. También era asociado a Osiris y con grandes poderes mágicos (la palabra Heka significa magia).

Por lo general, el cetro heka siempre iba a acompañado del Neje, y así se puede ver en distintas representaciones jeroglíficas y escultóricas. Para portarlos, el faraón usualmente cruzaba sus brazos sobre su pecho con el uno en una mano y con el otro en la otra.

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