La escuela estoica fue fundada alrededor del año 300 a.C. por Zenón de Citio en Chipre en el Pórtico pintado, Stóa poikilé, en griego Στοα, stoa, "pórtico". De ahí su nombre.

El estoicismo se presenta como la evolución y complemento de la doctrina cínica. Los estoicos, como los cínicos, buscan la felicidad a través de la virtud, pero, a diferencia de estos, atribuyen un valor a la ciencia como instrumento de conocimiento.

El hombre virtuoso es racional, vive según su naturaleza, que es la manifestación de la racionalidad divina. Además carece de pasiones ya que estas impiden distinguir el bien del mal.

Los estoicos admiten dos principios: la materia y la razón. Pero esta última no es algo separado, sino que podemos encontrarla en todas partes. Razón y Dios se identifican, según los estoicos, porque Dios es el rector del mundo y, al mismo tiempo, su sustancia. Es por este motivo que podemos decir que la naturaleza del mundo es racional.

El estoicismo fue la última gran escuela de filosofía del mundo griego en ser fundada, y continuó existiendo hasta que en el año 529 d.C. el emperador Justiniano clausuró la Escuela de Atenas.

Además de su fundador, discípulo del cínico Crates de Tebas, hubo otros filósofos de renombre en esta escuela como Cleantes, Panecio, Posidonio y su famoso discípulo, Cicerón. Tendríamos que esperar al Imperio Romano para que llegara la nueva remesa de filósofos de enorme fama, con Séneca, Epicteto y el emperador filósofo Marco Aurelio.

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