Hacia 2500 a.C. El Valle del Indo vio florecer la cultura Harappa, una civilización equiparable a las de Egipto y Mesopotamia. El descubrimiento de Mohenjo-Daro en 1921 reveló su existencia. Nos embarcamos en la máquina del tiempo para viajar y descubrir una cultura milenaria y fascinante.

Nuestro conocimiento de la civilización del Valle del Indo, o Harappa, se lo debemos a la arqueología. En 1921, al sur de Pakistán, el arqueólogo británico John Marshall halló enterrada una ciudad perteneciente a una cultura cuya relevancia había sido pasada por alto hasta entonces.

Los trabajos de Mohenjo-Daro, como se bautizó el yacimiento, revelaron un gran centro urbano de tamaño y características similares a otro descubierto en la segunda mitad del siglo XIX 600 kilómetros más al noroeste: Harappa. Como se pudo comprobar tras nuevas excavaciones por la zona de influencia del Indo, ambas urbes fueron los asentamientos más importantes de una civilización común a toda la región.

Comprendida en un perímetro de cinco kilómetros, la ciudad estaba rodeada de una muralla de ladrillo y se dividía en dos áreas: la ciudadela, apostada en un montículo, albergaba el centro administrativo y tal vez el religioso, con salas de audiencias, el granero central y un gran baño público acompañado de un edificio con un horno subterráneo para calentar el agua; y la ciudad más baja, más extensa, donde se agrupaban los barrios residenciales, los graneros, un mercado central y los talleres de artesanos.

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