A partir de la segunda mitad del siglo XVII se desarrolló en Gran Bretaña una escuela de pensamiento conocida como empirismo ingles, que tuvo entre sus principales representantes a John Locke y David Hume.

El punto de partida del empirismo inglés es la filosofía cartesiana y la visión revolucionaria de la nueva ciencia. Para el empirismo, el conocimiento de la realidad depende exclusivamente de la experiencia sensible, por lo que se le atribuye al propio conocimiento un radio de acción mucho más reducido que en el pasado: en lo que puede conocer, solamente el dato factual o lo que a él remite, por lo que queda excluida la metafísica, en como puede conocerlo, únicamente a través de los sentidos y la experiencia.

Esta escuela de pensamiento será determinante para la formación de la filosofía moderna, en particular para la obra de Kant.

John Locke (1.632-1.704) construyó una moral caracterizada por su tolerancia y desarrolló unas ideas políticas en cuyo centro se encuentra el individuo, otorgando al Estado únicamente la función de servirle y velar por su bienestar. En su "Ensayo sobre el entendimiento humano" trata de dar una respuesta a la necesidad de establecer el origen, alcance y límites del conocimiento humano.

David Hume (1711- 1776) afirmó que todo conocimiento deriva, en última instancia, de la experiencia sensible. Sus obras principales son: "Tratado de la naturaleza humana" e "Investigación sobre el entendimiento humano".

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