El resultado de la consulta popular realizada en 1991 se pronunció por restablecer el nombre de San Petersburgo a la ciudad que durante la era comunista había llamada Leningrado (a partir de 1924) constituyó un claro imperativo para el Parlamento ruso acerca de replantear la onomástica de todos sus poblados.

Así otras ciudades soviéticas, bautizadas con los apellidos de héroes de la revolución, comunistas destacados, han ido recuperando su nombre tradicional desde que empezara la perestroika.

Leningrado no fue por tanto la primera villa que perdió el nombre del fundador del Estado soviético, pues ya lo habían hecho anteriormente la ciudad armenia de Leninakan y la ciudad azerbaiana de Leninabad.

Entre los antiguos nombres recuperados está el de Nizhnl Novgorod (Gorki, en la terminología soviética), Naberezhnie CheIny (Bréznev), Rybírisk (Andropov), Izhevsk (Ustinov), Tver (Kalinin), Viatka (Kirov), VIadikavkas (Ordzhonlkldze), Marlupol (Zhdanov), Samara (Kuibishev) y Bishkek (Frunze), entre otras.

Paralelamente, también cambiaron de nombre avenidas y plazas como la calle Gorki de Moscú, rebautizada con su antiguo nombre de calle de Tver. Han desaparecido además los lemas y consignas soviéticos que adornaban las calles y las estatuas que decoraban las plazas durante la era comunista.

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