El frailecillo atlántico luce colores parecidos a los del pingüino, pero su colorido pico le ha merecido el apelativo de «loro de mar». El pico se vuelve gris mate en invierno, luego recobra su color en primavera. Es un ave acuática que pasan la mayor parte de su vida en el mar, pero regresan a tierra para formar colonias reproductoras durante la primavera y el verano.

En el aire, los frailecillos son asombrosamente veloces. Baten sus alas hasta 400 veces por minuto y pueden alcanzar los 90 kilómetros por hora, pero son incapaces de levantar vuelo en una superficie plana. Tienen los pies palmeados, como muchos otros animales adaptados al agua, y los utilizan como timón para llegar a profundidades de hasta 60 metros en inmersiones de 20 a 30 segundos de duración. La cantidad de anillos que rodean su pico es un indicativo de su edad, con un máximo de 4 a los 25 años.

Los frailecillos son animales monógamos y forman parejas estables que conviven dentro de grandes colonias en época de apareamiento. El resto del tiempo son animales solitarios. Las hembras ponen un solo huevo, y ambos padres se turnan para incubarlo. Los machos son algo más grandes que las hembras, aunque el colorido es igual en ambos.

Es el único frailecillo nativo del océano Atlántico, se asientan en el Atlántico Norte para formar colonias de cría cada primavera y verano. Islandia es lugar de cría para quizás el 60 por ciento de la población mundial de frailecillos atlánticos.

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