La órbita cementerio es una zona orbital por encima de la geoestacionaria donde se colocan algunos de los satélites artificiales al final de su vida operacional para disminuir la probabilidad de colisiones con otros satélites operacionales y evitar que se genere basura espacial cerca del cielo terrestre.

Hay algo más de 13 000 satélites en órbita alrededor de la Tierra, aunque de ellos menos de 4 000 se encuentran activos. Existe el riesgo que se pueden producir colisiones entre satélites porque hay órbitas concretas que son muy atractivas, como la órbita geoestacionaria.

Situada a 36 000 km de la Tierra, es la que usan los satélites que necesitan permanecer sobre un punto determinado del planeta para ofrecer servicios de telecomunicaciones, y también resulta útil para hacer observaciones meteorológicas.

Antes los satélites se dejaban morir sin más en órbita, pero desde hace algunos años se aplica un acuerdo internacional que especifica que un satélite tiene que conservar el suficiente combustible al final de su misión para quitarse de la órbita operacional y dirigirse a un "órbita cementerio".

En el caso de los satélites en órbita geoestacionaria, esto implica irse a por lo menos 200 km por encima de los 36 000 km en los que están los satélites "vivos".

Los satélites artificiales de órbita baja son impulsados en el sentido contrario, en órbitas diseñadas para que caigan en una zona del Pacífico Sur conocida como el cementerio de satélites.

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