En la mitología griega, Bóreas es el Dios del Viento del Norte. Habita en Tracia, que, para Grecia, es el país del frío por excelencia. Es representado como un genio alado, de gran fuerza física, barbudo y, generalmente, vestido con una corta túnica de pliegues. En una de sus representaciones va provisto, como el Jano romano (el Dios de las puertas), de dos rostros opuestos, que sin duda, entre otras cosas, personifican el viento doble que soplaba en el Euripo: El Bóreas y el Antibóreas.

Bóreas es el hijo de Eos (la Aurora). Pertenece a la estirpe de los Titanes, seres que personificaban las fuerzas elementales de la naturaleza.

Entre otras acciones violentas se le atribuye el rapto de Oritía, hija del re de Atenas Erecteo, cuando estaba jugando con sus compañeras en las márgenes del Iliso. La llevó a Tracia, donde la joven le dio dos hijos, Calais y Zetes.

A Bóreas también se le atribuye engendrar doce potros tan ligeros que cuando corrían sobre el campo de trigo no doblaban las espígas bajo su peso, y cuando lo hacían sobre la superficie del mar, no lo rizaban.

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