La noción de quimera halla su origen en el vocablo de origen latín chimaera que, a su vez, deriva de un término griego que significa “animal fabuloso”. En este sentido, se trata de un monstruo que, de acuerdo a la fábula, expulsaba llamas por su boca, su cabeza era la de un león, torso de cabra y cola de dragón.

En el ámbito de la mitología griega, Quimera era un monstruo terrible y considerado invencible, ya que expulsaba fuego por la boca y era enorme.

Era hija de Tifón, que a su vez es el hijo menor de Gea, y de Equidna, que simboliza a la víbora en la mitología. Este personaje es representado con una cabeza de león, un busto de cabra y la cola de una serpiente o, en otras ocasiones, con un enorme monstruo de dos cabezas (una de león y la otra de cabra).

La leyenda dice que esta bestia vagaba por las regiones de Asia Menor, generando terror entre la gente y devorando animales, hasta que Belerofonte (el héroe griego que era hijo de Poseidón) le hizo frente y consiguió destruirla con un pedazo de plomo que colocó en la punta de su lanza. Cabe señalar que Quimera fue madre con Ortro de la Esfinge y el León de Nemea.

Quimera, también son llamados los Chimaeriformes, un grupo de peces cartilaginosos que tienen un lejano parentesco con los tiburones, Su extraño aspecto, en el que se aprecia una gran cabeza protuberante, una boca que se parece a la de un conejo y una larga cola que se asemeja una rata.

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