La Sopa de Piedra es una historia popular europea que trata sobre cómo cooperando se alcanzan resultados notables, aun cuando se parta de contribuciones pequeñas, o incluso insignificantes.

De acuerdo con la historia, algunos viajeros llegaron a una aldea, llevando nada más que una olla vacía. Al llegar, los aldeanos no querían compartir reservas de comida con los hambrientos viajeros. Estos llenaron la olla con agua, tiraron una piedra grande y limpia dentro, y la pusieron al fuego en la plaza mayor de la aldea.

Uno de los habitantes sintió curiosidad y acercándose les preguntó lo que estaban haciendo. Los viajeros le contestaron que estaban preparando una deliciosa "sopa de piedra", aunque les faltaban algunos acompañamientos para poder incrementar el sabor.

El aldeano no tuvo inconveniente en prestarles algunos a cambio de un poco de sopa al final. Otro aldeano pasó por allí, preguntó al respecto, y los viajeros volvieron a mencionar su sopa de piedra, que aún no había alcanzado todo su potencial. El aldeano también les dio un poco de condimentos a cambio de un plato de sopa al final. Más y más aldeanos por curiosidad fueron acercándose, cooperando con más ingredientes. Finalmente todos disfrutaron de una deliciosa y nutritiva olla de sopa.

La piedra inicial era solo un pretexto para que los aldeanos empezasen a compartir de un modo que ni siquiera habrían considerado sin el catalizador de la "sopa de piedra" que creían estar mejorando.

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