Se puede morir - y de hecho, hay gente que muere - como resultado de la pérdida de alguien muy cercano.

Ocurre cuando la persona se deprime de tal forma que no se cuida en forma adecuada y se enferma.

Pero morir literalmente de "corazón roto" es algo que parece posible sólo en la literatura.

No obstante, los médicos saben hace tiempo que las hormonas de estrés liberadas por el impacto de la muerte de un ser querido pueden causar condiciones letales como derrame cerebral o ataque al corazón. Tales condiciones son responsables de muchos casos en los que una persona muere a los pocos meses, semanas o incluso días de que fallece su pareja.

A principios de año, investigadores de la Universidad de Londres publicaron un estudio sobre miles de pacientes mayores de 60 años que habían perdido a su pareja. El estudio encontró que el riesgo de sufrir de ataques cardíacos y derrames se duplicaba los primeros 30 días tras la muerte del ser querido.

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