Edward y Clarence Scott impusieron el uso de uno de los inventos más populares, indispensables y útiles de la historia.

En el siglo IX, las personas solían limpiarse con hojas de lechuga y con agua. En el imperio romano se practicó el hábito de la limpieza que hoy se asocia con el uso del papel. Una esponja sujeta a un palo y sumergida en un balde de agua salada estaba a disposición en los baños públicos. En 1391 emperadores chinos ordenan la fabricación de hojas especiales para el baño, de 0,5 x 0,9 metros de longitud. Los colonos norteamericanos prefirieron las hojas de mazorcas de maíz hasta bien entrado el siglo XVIII.

En 1857 el empresario neoyorquino Joseph Gayetti sacó a la venta al que llamó, con orgullo, "papel terapéutico Gayetti". Terapéutico, en verdad, dados los antecedentes: se trataba de hojas de papel especiales para el baño, con un humectante, y en paquetes de quinientas hojas, a 50 centavos de dólar, demasiado caro para la época.

1880 - Dos hermanos estadounidenses, llamados Edward y Clarence Scott, consiguieron popularizar en Estados Unidos el uso del papel higiénico, porque ofrecían el producto en pequeños rollos y al notar la aceptación general de los inodoros caseros con sistema de plomería, comenzaron un próspero camino haciendo papel higiénico. En 1944, el gobierno de EE.UU. distinguió a una de las fabricantes, Kimberly-Clark por sus "heroicos esfuerzos" en el suministro del producto a los combatientes durante la II Guerra Mundial.

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