Vicente Guerrero, uno de los hombres que diera vida e independencia a la nación mexicana. Tanto sus hazañas militares como sus palabras han sido inmortalizadas en las páginas de la historia de México.

Nacido en Tixtla, Guerrero, el 10 de agosto de 1782, aquel municipio sería cuna de uno de los caudillos más bravos, tenaz y leal a la causa independentista de México.

Tras el fusilamiento de los principales líderes de la independencia, Miguel Hidalgo y José María Morelos y Pavón, muchos creyeron que el movimiento de los insurgentes llegaría a su fin. Sin embargo, contra todo pronóstico, hubo un personaje que enclavado en las montañas de Guerrero, seguía causando bajas al ejército del Virrey Juan Ruiz de Apodaca.

Ante el imbatible guerrero, Apodaca decidió concederle el indulto a cambio de rendirse. Incluso mandó al padre del caudillo para convencerlo de deponer las armas. A pesar del cariño y respeto que le profesaba a éste, se negó a tal proposición profiriendo las palabras que la historia ha recogido: “Compañeros, este viejo es mi padre. Ha venido a ofrecerme el indulto en nombre de los españoles. Siempre he respetado a mi padre, pero... ¡LA PATRIA ES PRIMERO!”.

Su convicción de llevar a la libertad a México, lo llevó a unir fuerzas con el realista Agustín de Iturbide, quien ante el inminente triunfo de los ‘alzados’, decidió dar ese ‘último empujón’ para consumar la Independencia de México.

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