En la mitología griega, Hermes es el dios olímpico mensajero, de las fronteras y los viajeros que las cruzan, del ingenio y del comercio en general, de la astucia, de los ladrones y los mentirosos, y el que guía las almas al inframundo, al Hades.

Uno de los mitos relacionados con él es el de la lira. Esta historia se cuenta en el himno homérico a Hermes.

Según este, su madre, Maia, había quedado embarazada de una aventura amorosa con Zeus. Maia recostó a dormir al infante Hermes, y este escapó cuando ella dormía. Corrió a Tesalia, donde Apolo estaba pastoreando su ganado.

En un descuido, el infante Hermes robó varias de las vacas de Apolo y las llevó a una cueva en los bosques cercanos a Pilos, borrando sus huellas.

En la cueva encontró una tortuga, la mató y vació el caparazón sacando las entrañas. Usó los intestinos de una de las vacas y el caparazón de la tortuga para hacer la primera lira.

Apolo se quejó a Maia de que su hijo había robado su ganado, pero Hermes ya había vuelto a las mantas en las que ella le había dejado haciéndose pasar por dormido, por lo que Maia rehusó creer las afirmaciones de Apolo.

Zeus intervino y afirmando haber visto los hechos, secundó a Apolo. Entonces Hermes empezó a tocar música en la lira que había inventado. Apolo, un dios de la música, se enamoró del instrumento y ofreció permitir el intercambio del ganado por la lira.

Así, Apolo se convirtió en un maestro de la lira.

Más información: es.wikipedia.org