El primer cereal para el desayuno de grano entero y seco llamado "Granula", fue inventado en 1863 por James Caleb Jackson (28 de marzo de 1811-11 de julio de 1895), en Dansville, Nueva York.

Los cereales para desayuno son productos elaborados de diversos granos sanos, limpios y de buena calidad, principalmente trigo, maíz, avena y arroz, sometidos a diversos procesos que les permite conservar su valor nutricional. Se presentan de diversas formas.

Con frecuencia se enriquecen con diversos ingredientes alimenticios con lo que puede aumentar considerablemente su valor nutricional y su acción dietética.

Son un gran alimento siempre y cuando no contengan exceso de azúcares, sales o grasas saturadas. Por ello, es importante tomar en cuenta los valores de los añadidos que contienen, ya que dependiendo de esos valores, la composición nutricional varía.

En 1877, John Harvey Kellogg, inventó un bizcocho hecho de trigo, avena y harina de maíz se llamó “Granola”. Entre las vitaminas y nutrientes inorgánicos (minerales) que se adicionan al cereal se encuentran el hierro, la tiamina, la niacina y la riboflavina, entre otros.

Generalmente se consume frío, servido con un líquido como leche o agua, ocasionalmente también se le agregan nueces, yogur, miel, chocolate o frutas.

Para los adultos, se promueve los beneficios de una dieta baja en grasas y alta en fibras.

Entre los mayores productores de cereales para el desayuno se encuentran Kellogg's, Quaker Oats y Nestlé.

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