El estetoscopio fue inventado en Francia por el médico René Laënnec en 1816.

Todo comenzó debido a la gran timidez de Laënnec y la vergüenza que sentía al acercar su oído al pecho de las pacientes. ​Se dice que un día del otoño parisino de 1816, Laënnec es requerido para visitar en su domicilio a la esposa de Alejandro Gaudissant, afectada de un mal de corazón. Durante la visita, estando su esposo presente y la madre de la enferma, Laennec, tras tomar el pulso y percutir el tórax de la paciente, renunció a la auscultación percibiendo en los hundidos ojos de la enferma un excesivo recato. Una vez concluido el reconocimiento, tomó Laennec de su maletín un cuaderno de notas, sin duda para hacer algún apunte relacionado con la propia historia de la enferma, y al recordar que los sonidos viajan mejor en los sólidos, enrolló el cuaderno a manera de tubo, rogó a la enferma que se despojara de nuevo de su chambra y, aplicando el cuaderno enrollado al pecho de la enferma, apoyó su oreja al otro extremo oyendo con nitidez los tonos y soplos de aquel joven corazón deteriorado como jamás en los demás enfermos los había oído. Ese mismo día es cuando manda hacer un instrumento de madera, con las dos extremidades en forma de cono.

Cerremos con un pequeño chiste.

Supongo que desde aquel día en que Laennec inventó el estetoscopio muchos hombres lo han maldecido por su invento, por hacer que no sea necesario apoyar su oreja en el pecho de una paciente.

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