François-Marie Arouet, mejor conocido como Voltaire (1694-1778), fue un escritor, historiador, filósofo y abogado francés, figura como uno de los principales representantes de la Ilustración, un período que enfatizó el poder de la razón humana y de la ciencia en detrimento de la religión.

En 1746 Voltaire fue elegido miembro de la Academia francesa, en la que ocupó el asiento número 33.

Alcanzó la celebridad por sus escritos literarios y filosóficos, donde mostró su hipercriticismo. Voltaire no ve oposición entre una sociedad alienante y un individuo oprimido, que cree en un sentimiento universal e innato de la justicia, que tiene que reflejarse en las leyes de todas las sociedades: la ley debería ser igual para todos.

El instinto y la razón del individuo le llevan a respetar y promover tal pacto. El propósito de la moral es enseñarnos los principios de esta convivencia.

Fue un ferviente opositor de la Iglesia católica, símbolo según él de la intolerancia y de la injusticia. Se empeñó en luchar contra los errores judiciales y en ayudar a sus víctimas. Voltaire se convierte en el modelo para la burguesía liberal y anticlerical y en la pesadilla de los religiosos.

Sus escritos se caracterizaron por un lenguaje llano. Maestro de la ironía, que hacía burla demostrando en todo momento un finísimo sentido del humor. Conocidas son sus discrepancias con Montesquieu acerca del derecho de los pueblos a la guerra, y el despiadado modo que tenía de referirse a Rousseau.

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