Sarah Bernhardt (París, 23 de octubre de 1844-Ib., 26 de marzo de 1923) fue una actriz de teatro y cine francesa. Interpretó en alguna ocasión, aunque con poco éxito, obras cómicas, y triunfó en la tragedia y el melodrama.

Su verdadera carrera profesional comienza en 1867 con su debut en el Teatro del Odeón con "Las mujeres sabias" de Molière. Participó en muchos montajes teatrales, alternando la vida teatral con la vida galante. La fama le llegó en 1869 con "Le Passant" de François Coppée, una obra en verso de un solo acto.

Sarah, además, hizo por primera vez en esta obra un papel masculino, el del trovador Zanetto. Repetiría más veces haciendo de hombre en varias obras más: "Lorenzaccio", "Hamlet" y "L´Aiglon".

El estilo de actuación de Bernhardt se basaba en la naturalidad. Rompió con todo lo establecido profundizando en la psicología de los personajes.

Estudiaba cada gesto y cada entonación del texto que debía decir buscando la perfección natural sin que se notara ningún tipo de artificio. Destaca en su arte que representando siempre a grandes heroínas de tragedia o reinas, siempre huyó de la sobreactuación y de la afectación.

Su carrera fue larga y dilatada. Interpretó papeles muy alejados de sí misma, tanto en sexo como en edad; aún en sus últimos años, su voz mantuvo el timbre cristalino que llevó a Marcel Proust, después de verla representar "Fedra", a inmortalizarla como la gran actriz trágica La Berma, en la novela "En busca del tiempo perdido".

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