Fue, sin duda, un pintor y uno de los más importantes representantes del manierismo italiano (estilo artístico que surgió en Italia a comienzos del siglo XVI y que se caracteriza por la abundancia de las formas difíciles y poco naturales).

Francisco Mazzola, (Parma 1503 – Casalmaggiore-Crémone, 1540) llamado Parmigianino, nombre que le había impuesto su casi contemporáneo Ludovico Dolce, que lo llamaba Francesco Parmigiano.

Su primera obra conocida, es “Bautismo de Cristo” es de 1519; en los años siguientes decoró alguna capillas y realizó algunos frescos para notables familias parmesanas.

En 1524 viajó a Roma, donde conoció a Rafael Sanzio y a Michelangelo Buonarotti, que serían una influencia decisiva en su obra. De este periodo, sobresalen, “La visión de San Jerónimo”, “Desposorios místicos de Santa Catalina” y el Retrato de Lorenzo Cybo.

En 1531 volvió a Parma, donde envejecido y endeudado pasó de forma atormentada sus últimos años. Fue encarcelado a causa de dichas deudas, consiguió huir, aferrándose a la alquimia para tratar de solucionar sus males. Murió en medio de la desesperación con solo 37 años de edad, en Casalmaggiore, cerca de Cremona, el 24 de agosto de 1540.

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