Micaela Bastidas Pumacahua nació en Pampamarca el 23 de junio de 1744. Hija de un descendiente de africanos y de madre indígena, a Micaela le decían la Zamba.

Se casó con el revolucionario José Gabriel Condorcanqui y ayudó a involucrar a cientos de mujeres indígenas en la lucha contra la opresión española.

En 1764 su marido fue nombrado cacique de Pampamarca, Tungasuca y Surimana y el matrimonio se instaló en la localidad de Tinta, cerca de Cuzco.

Cansado de los abusos de los españoles, José Gabriel tomó el nombre de Túpac Amaru II y comenzó la rebelión de Tinta, apoyado por Micaela, ella fue la encargada de proveer a las tropas rebeldes de armas. Mostró gran coraje en los enfrentamientos y fue nombrada jefa interina de la rebelión tras el triunfo de Sangarará.

A comienzos de 1781 los revolucionarios lograron sumar a los criollos y contaban con un ejército de siete mil hombres y mujeres que proclamaron a Túpac Amaru II emperador de América. Ese mismo año, el matrimonio y dos de sus tres hijos, cayeron en una emboscada y fueron trasladados a Cuzco; los torturaron y fueron condenados a muerte y conducidos a la Plaza de Armas.

Les cortaron la lengua y los golpearon hasta la muerte. Sus cuerpos fueron desmembrados y sus partes enviadas a diferentes pueblos para mostrar las posibles consecuencias del alzamiento.

Considerada una de las grandes heroínas de su patria. Pasó a la historia por su inteligencia y valentía. Murió en Cuzco, 18 de mayo de 1781.

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