Nabi Tajima (1900-2018) fue una supercentenaria japonesa que murió a los 117 años y 260 días, siendo la persona viva más anciana del mundo tras la muerte de Violet Brown, el 15 de septiembre de 2017. Fue la última persona viva verificada nacida en el siglo XIX, y la más longeva que ha vivido en tres siglos diferentes.

Tajima nació en Araki, entonces el pueblo de Wan, en la parte más occidental de la isla de Kikaijima, prefectura de Kagoshima. Residió en Kikai, que se encuentra en la misma isla en la prefectura de Kagoshima. Tuvo nueve hijos (siete varones y dos mujeres), 28 nietos, 56 bisnietos y 35 tataranietos. Declaró en algún momento que su longevidad se debía a que dormía muy bien y comía alimentos deliciosos.

La anciana ya no hablaba y pasaba casi todo el tiempo durmiendo, pero cuando las autoridades locales la visitaron el año pasado para comunicarle el récord que ostentaba, Tajima se mostró contenta e hizo un amago de baile cuando un grupo de vecinos le cantó una canción a los compases de un instrumento tradicional.

El volumen de centenarios se ha incrementado en Japón de manera continua desde 1971 y las autoridades prevén que esta tendencia continúe, principalmente por los avances en materia de tratamientos médicos y por la concienciación sobre la salud.

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