Una antigua tradición le atribuye el nombre de Santa Ana o Ana, casada con Joaquín, siendo la madre de la Virgen María y por tanto la abuela de Jesús de Nazaret. Santa Ana era natural de Belén. Sus padres eran Mathan y Emerenciana. Descendía de David y de Levi (Línea sacerdotal).

El culto a Santa Ana se introdujo a la iglesia oriental en el siglo VI, y en la occidental en el siglo X. Su fiesta, bajo la influencia de la "Leyenda Dorada", aparece en el siglo XIII donde se celebraba el 26 de julio.

Todo lo que se conoce de su vida, incluso su nombre, procede de literatura apócrifa: el Evangelio de la Natividad de María, el Evangelio apócrifo de Mateo y el Protoevangelium de Santiago. El más antiguo de estos se remonta alrededor del 150 a.n.e.

Los evangelios apócrifos, no fueron admitidos por la Iglesia dentro de sus libros canónicos porque contienen datos que no son confiables. Pero contienen algunos datos de documentos históricos.

Según una tradición antigua, Ana y Joaquín, siendo Galileos, se mudaron a Jerusalén. Allí, nació y se crió la Virgen María. Allí también murieron estos. La cripta, que originalmente contenía las santas tumbas, fue descubierta el 18 de marzo de 1889.

Isabel fue prima de María y madre de Juan el bautista (primo de Jesús), de acuerdo al Evangelio de Lucas.

Emerencia era madre de Santa Ana y bisabuela de Jesús.

Estha fue madre de Joaquín y bisabuela paterna de Jesús, según los evangelios apócrifos y la tesis de Sexto Julio el Africano.

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