La condesa Isabel Báthory (Erzsébet Báthory) nació en 1560 y fue una aristócrata perteneciente a la alta nobleza de Hungría.

A los 11 años fue prometida con su primo Ferenc Nádasdy y tuvieron tres hijas y un hijo y vivieron en el castillo Ecsed.

La violencia era uno de los puntos en común de aquel matrimonio concertado. Él era conocido como el Caballero Negro de Hungría por empalar a sus enemigos tras una batalla y ella por sus constantes palizas al personal de servicio.

Ferenc falleció en el campo de batalla debido a una enfermedad que se complicó. Isabel se quedó viuda a los 44 años.

Surgió el rumor de que la noble empleaba magia roja, relacionada con la sangre, con distintas jóvenes del feudo. El rey Matías II ordenó al luterano Jorge Thurzó averiguar qué ocurría tras los muros del castillo.

Encontraron numerosas muchachas torturadas en distintos estados de desangrado, y un montón de cadáveres por los alrededores. Bebía la sangre de sus víctimas y se bañaba en ellas, todo para conseguir ser joven y bella eternamente.

En el juicio Juan Ujváry, uno de sus mayordomos, testificó que hasta 37 chicas de entre 11 y 26 años habían sido asesinadas en su presencia. Así, todos los cómplices fueron sentenciados a muerte por asesinato o brujería. Todos menos Isabel Báthory.

Isabel Báthory murió tras cuatro años sin ver el sol en un cuarto del que jamás pudo moverse. Al final, la condesa fue trasladada a la cripta de sus ancestros en la localidad de Ecsed.

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