Gustav Von Bohlen und Halbach, nació en 1870 en La Haya. En 1906 se casó con Bertha Krupp, la heredera de la compañía siderúrgica Krupp AG, el mayor imperio industrial de Europa. A la muerte de su padre, Friedrich Alfred Krupp, Gustav se puso al frente de una enorme compañía en la que trabajaban 46.000 obreros.

El estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914 significó un enorme impulso para la empresa. Krupp se convirtió en el principal proveedor de armas pesadas del Imperio y de gran parte de sus aliados.

Alemania perdió la guerra. El Tratado de Versalles (1919) y la prohibición de fabricar armas obligó a Gustav a reestructurar la empresa. Krupp redujo su plantilla y diversificó su producción.

Sin embargo la empresa no dejó de fabricar armas. Krupp trasladó en secreto una parte de su producción armamentística. Un rearme encubierto que luego aprovecharía Hitler.

El 20 de febrero de 1933, Krupp, junto a una veintena de empresarios, se reunió con Hitler. El 5 de marzo de 1933, Hitler ganó las elecciones y comenzó a poner en marcha un ambicioso programa de rearme.

En 1940 Krupp se afilió al partido nazi. Su compañía construyó fábricas en países ocupados por Alemania, incluyendo una filial en el campo de concentración de Auschwitz, y utilizó mano de obra esclava.

En 1941, Gustav sufrió un derrame cerebral que lo dejó parcialmente paralizado. En 1943 cedió la dirección de la compañía a su primogénito, Alfried Krupp. Murió en 1950 en Werfen (Austria).

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