En marzo del año 31, con alrededor de 25 años de edad, Calígula fue nombrado el tercer emperador de Roma tras la muerte de Tiberio y fue el primer descendiente directo de Augusto en llegar al trono.

El reinado comenzó con buenas expectativas, dado que Calígula declaró una amnistía para todos los romanos encarcelados o exiliados por Tiberio, restauró de manera póstuma el honor a su madre y hermanos y detuvo los juicios por traición, deshaciéndose de los informadores en el proceso.

Un mes después de su acceso al trono, su abuela, Antonia, murió.

El favor de Calígula con la población y el Senado fue de corta duración, pasando a la historia como uno de los peores emperadores romanos.

Más información: www.vroma.org