A principios de los años 70, el conflicto entre republicanos y unionistas, en Irlanda del Norte, se encuentra en su máximo apogeo; se suceden los atentados del IRA contestados por la indiscriminada represión policial y militar. Muertos de uno y otro signo se suceden.

El 30 de enero de 1972 la poderosa Asociación por los derechos civiles de Irlanda del Norte convoca una manifestación en Derry para protestar por la encarcelación sin juicio ni pruebas de centenares de sospechosos de pertenencia al IRA. Más de 15000 personas desfilaron de forma pacífica, limitándose a recorrer el Free Derry con la intención de evitar a los soldados que rodean la zona.

Un pequeño incidente, lanzamiento de piedras de un reducido grupo es la chispa que provoca la reacción desmedida de la tropa que abre fuego sobre la multitud. Numerosos heridos y 13 muertos es el saldo de este aciago día conocido como Domingo Sangriento, Bloody Sunday .

La investigación de rigor solicitada por el entonces primer ministro británico, Edward Heath, concluye culpando de provocación a los manifestantes y exonerando al ejército de cualquier responsabilidad. No se demostró que fueran armados, pero sí que muchos de ellos habían sido tiroteados por la espalda.

Como es habitual, 38 años más tarde, el gobierno británico terminaría admitiendo ser el responsable de los hechos de este domingo inmortalizado musicalmente por la banda U2 con la canción Sunday, Bloody Sunday.

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