El petiso orejudo era el apodo de Cayetano Santos Godino, un asesino serial argentino de principios del siglo XX, quien fuera apresado luego de matar a por lo menos 4 niños, intentar asesinar a 7 más e incendiar 7 edificios.

Terminó sus días en el Penal de Ushuaia, Tierra del Fuego donde, cuenta la leyenda, fue asesinado por sus compañeros de cautiverio luego de que matara un gato, mascota de los reclusos.

El Penal de Ushuaia, que actualmente está en desuso y es una de las atracciones turísticas de la que es considerada la ciudad más austral del mundo, cuenta con una estatua del petiso orejudo que reproduce una instantánea del reo ilustrando a la policía cómo preparó un cordel para asesinar a una de sus víctimas.

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