Descrito por Plinio el Joven como el "Príncipe Óptimo", que accede al trono no para acumular poder sino para ponerse al servicio del Estado, y dotado de todas las cualidades necesarias para gobernar bien, Trajano, (53-117), se convirtió en emperador en el año 98 d.C., tras la muerte de Nerva, por quien había sido adoptado.

Primer emperador de origen provincial, había nacido en Itálica, Hispania, con una sólida formación militar, Trajano fue también un óptimo político y un buen administrador; su reinado supuso un momento cumbre en la historia del Imperio, que alcanzó su máxima extensión territorial.

El senador Plinio le dedicó un famoso Panegírico en el que pedía que se concediera al Senado una mayor implicación en los asuntos de la administración del Estado; Trajano llamó a muchos senadores a gobernar las provincias romanas, aunque mantuvo el control sobre las obras públicas

Como administrador civil, Trajano es conocido sobre todo por su amplio programa de construcción de edificios públicos que reformaron la ciudad de Roma y dejó numerosos monumentos perdurables como el foro de Trajano, el mercado de Trajano y la Columna Trajana. Sin embargo, fue como comandante militar por lo que celebró sus mayores triunfos. Durante una campaña militar, Trajano enfermó y falleció mientras volvía a Roma. Fue deificado por el Senado y sus cenizas se enterraron en una cámara al pie de la Columna Trajana. Le sucedió su sobrino segundo y pupilo Adriano.

Más información: www.romaimperial.com