Mel Gibson dirige esta película después de diez años de ausencia. Su anterior película fue Apocalypto (2006).

"Hasta el último hombre" (Hacksaw Ridge), la historia está bien construida y narrada. Doss, al que representa de manera extraordinaria Andrew Garfiel, es un personaje conmovedor. Un hombre de fe, con textura ética y gran valor. Es un pacifista radical, por convicción personal y religiosa. Bajo ninguna circunstancia está dispuesto a traicionar lo que piensa.

Gibson, en medio de la guerra, ofrece la visión de un hombre común y corriente que al mismo tiempo es extraordinario por ser consecuente con lo que piensa. A partir de la historia de Doss, el director vuelve sobre los temas que le interesan. Lo hace en una perspectiva de todo o nada, de blanco o negro. Están la religión y la religiosidad, la patria y el patriotismo, la nación y el nacionalismo. De parte de Gibson es conocida la visión conservadora sobre estos temas.

La película me provoca sentimientos encontrados. La del respeto y admiración a hombres como Doss y la de rechazo a las posiciones conservadoras del director. La de Doss es una gran historia y ante ella no se puede permanecer indiferente. Merece especial atención las escenas de la guerra que son de una violencia extrema.

Es el estilo del director que ha filmado por lo menos media docena de películas con batallas sanguinarias. Simon Duggan hace un gran trabajo de fotografía con escenas de noche y el polvo del combate.

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