"El hombre que señala" es una escultura realizada en 1947 por Alberto Giacometti (1901-1966), la cuál es considerada la escultura más cara de la historia, al ser subastada en 2015 por 126 millones de dólares.

​Escultor y pintor suizo, representó como nadie la soledad y el aislamiento del ser humano en el siglo XX. Sus típicas esculturas de una delgadez extrema son muy reconocibles y admiradas como una excelente vuelta al arte figurativo.

En París entró en contacto con los cubistas, y con el grupo surrealista, que lo acogió en los años 30. Es ahí donde el artista empieza a trabajar en dos de sus obsesiones: el simbolismo de los objetos y la reducción de la materia.

En los 40 empieza así su periodo figurativo: figuras humanas alargadas, extremadamente delgadas y de una superficie rugosa, áspera. Son seres humanos de tamaño natural, solos o en grupo, de extremidades muy largas, que parecen hechos sólo de piel y huesos.

Estas figuras en bronce también se pueden ver como un exacto reflejo de las experiencias ocurridas en la II Guerra Mundial.

Sus composiciones se redujeron a cuatro temas: una persona en un ambiente, como "Caminando tranquilamente bajo la lluvia", o varias personas que se encuentran, como en "City Square"; figuras únicas que gesticulan, tales como "El señalar del hombre"; figuras colocadas encima de un pedestal o soporte, como en "Chariot" y retratos únicos, que se concentran en la cabeza, como en "Retrato de Diego" y "Cabeza Monumental".

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