Alexandre Bóveda (1903-1936) fue una de las figuras más representativas de la defensa nacional de Galicia y, por ello, uno de los primeros represaliados por el franquismo en Galicia. Lo detuvieron dos días después del levantamiento golpista y lo condenaron a muerte; días después, lo ataron a un árbol en el monte de A Caeira, en el municipio pontevedrés de Poio, y lo asesinaron.

Alexandre Bóveda era un joven de altas capacidades tanto en su vida política como en su carrera profesional. Desde niño hablaba francés y tenía conocimientos de contabilidad y matemáticas inusuales para su edad. Cuando aún no había cumplido veinte años, sacó el número uno en unas oposiciones al cuerpo de técnicos de Hacienda.

Frecuentó los círculos del nacionalismo conformado en torno a Alfonso Daniel Rodríguez Castelao y Antón Losada Diéguez, de los que surgiría el Partido Galeguista. Otro de los habituales era Enrique Rajoy Leloup, un renombrado político y jurista republicano cuyo nieto acabaría siendo presidente de España por un partido que aún hoy se niega a apartarse de quienes represaliaron a gente como su abuelo.

Bóveda participó en la redacción de lo que sería el primer Estatuto de Galicia que nunca llegó a entrar en vigor. Sostenía que parte del atraso de Galicia se debía al centralismo de un Estado que explotaba y ninguneaba a los territorios periféricos.

Galicia fue uno de los primeros territorios en caer en manos de los franquistas, y Bóveda, una de sus primeras víctimas.

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