Tras la declaración de guerra de Mussolini a Francia, las tropas italianas empezaron a agolparse en la frontera occidental, acumulando pérdidas y sin obtener resultados. Mientras, los alemanes entraban en París el 14 de junio de 1940 gracias a la espectacular acción combinada de las fuerzas de tierra y la Luftwaffe, con el lanzamiento de paracaidistas tras las líneas enemigas.

Pocos días más tarde el gobierno se trasladó a Burdeos y firmó el armisticio con Alemania e Italia, el 22 y el 24 de junio, respectivamente. El armisticio conllevó la partición de Francia en dos regiones: el norte y la costa atlántica quedaron en manos alemanas, mientras que el sur, con capital en Vichy, se asignó al gobierno de Petain, a excepción de los territorios que prefirieron mantenerse fieles a la resistencia, encabezada por De Gaulle, contra el gobierno colaboracionista.

Contando con la reputación del "vencedor de Verdún", el régimen colaboracionista decidió explotar el prestigio del mariscal Pétain y comenzó a difundir un culto a la personalidad del nuevo líder; se suspendieron las libertades públicas, lo mismo que los partidos políticos y los sindicatos.

El régimen de Vichy pretendía realizar una Revolución Nacional, si bien sus principios contradecían los de la Revolución Francesa de 1789. El lema del régimen fue "Trabajo, Familia, Patria".

Su política colaboracionista con los nazis le acarreó la degradación y la condena a muerte, más tarde conmutada por la cadena perpetua.

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