Avicena o Abu Ali al-Husayn Ibn Sina nació en el año 980 an Afsina, pequeña población de la provincia persa de Jurasan. Cuando su padre fue nombrado funcionario de la capital, Bujara, le acompañó estudiando allí durante su infancia. El jóven pronto demostró sus extraordinarias dotes como estudiante, sabiendo el Corán de memoria y estudiando jurisprudencia, física, matemática y filosofía por las noches.

En 1012, cuando Avicena contaba 32 años emprendió la obra de su vida, redactando el famoso y reconocido, libro Canon de Avicena, un compendio estructurado de todos los conocimientos médicos existentes en la época. El Canon constaba de 5 libros específicos: el primero consagrado a las generalidades sobre el cuerpo humano, la salud, el tratamiento y las terapéuticas generales.

El segundo comprendía la materia médica y la farmacología simple. El tercero exponía la patología expuesta por órganos y por sistemas; el cuarto se iniciaba con un tratado de las fiebres, los signos, síntomas, diagnósticos y pronósticos, cirugía menor, tumores, heridas, fracturas y venenos. Para terminar, el quinto contenía una farmacopea.

Fue traducido al latín por Gerard de Cremona en el siglo XII cien años después de la muerte de Avicena. Se convirtió pronto en el libro de texto de la medicina en todas la Universidades de Europa.

En el último tercio del siglo XV se imprimieron 16 ediciones 15 en latín y 1 en hebreo. Hasta el siglo XVII permaneció como la “Biblia” de la medicina en occidente.

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